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Karla y VIKTOR

Protector: PROYECTO NENUKI

Viktor esperó mas de 2.5 años para ser adoptado. Hoy es feliz con su familia. Gracias por tu paciencia guapo!!!

Hola, se que muchos de ustedes ya me conocen, me llamo Viktor y a quienes no saben de mi, les contaré mi historia. En junio del 2013, me rescataron de la terminal internacional del Aeropuerto de la Ciudad de México. Llevaba yo varias semanas en esa zona en donde salen los taxis y las personas pasaban a mi lado con sus maletas, varios me miraban y se sorprendían de que un perro tan grande estuviera ahí, solo, al parecer esperando a alguien. Los empleados del sitio y los choferes me daban de comer pero hubo varias personas que amenazaban con llamar a la perrera. Afortunadamente, la mamá de una querida amiga me vio y pidió ayuda para que fueran por mí, No fue muy sencillo convencerme de meterme en una jaula, así que hubo que usar unas cuantas salchichas y algo de maña para que yo cayera en la trampa. Me llevaron a un lugar en donde personas que se llaman doctores me revisaron, estaba yo bastante asustado, era algo muy distinto a todo lo que yo había visto y con mucha desconfianza me dejé revisar. Esos primeros días fueron raros, había más perros, que me contaban largas historias. Yo solo los observaba y no comentaba nada, no me sentía bien y a los pocos días me diagnosticaron una fuerte infección en vías urinarias y y tuve que tomar medicina y unas croquetas especiales. Poco a poco fui confiando en los humanos que ahí conocí y de los que más bellos recuerdos guardo es de mis cuidadores Arturo, Joshua, más recientemente Christian y desde luego mi gran amigo Ricardo. Todos los doctores me trataban muy bien pero a veces les daba miedo mi gesto gruñón. Un gran amigo pitbull llamado Orión se fue en adopción hace un año y estuve a punto de irme con el. Me causó gran tristeza que al final solo él se fue a ese hogar porque no cabíamos los dos y decidí ya no ilusionarme más con esa idea, aunque sinceramente yo pensaba en las noches en cómo serían los humanos que algún día me adoptarían. Si, confieso que soñaba con eso, pero no lo expresaba ya que se podían burlar de mí. Hubo después varias solicitudes fallidas y mi amiga Diana tan solo decía… Ya llegará la buena guapo Viktor, ya verás. Hasta hace dos semanas que llegó un correo con el siguiente título: “Quiero adoptar a VIktor” Karla estaba buscando un perro grande para adoptar y al ver mi foto no se pudo resistir, y es que bueno, no puedo ser modesto ya que soy un perro extremadamente atractivo. Bastaron unos cuantos correos, llenar una solicitud y esperar el gran dia para que yo los conociera. Muchas dudas surgieron, ya que mi carácter gruñón causaba un poco de inquietud pero yo les prometí hacer mi mejor papel. El día llegó, yo me arreglé para la ocasión y tomé un largo baño de tina con sales relajantes, una buena cepillada, corte de uñas y limpieza de mis orejas y estaba listo. Puntuales a la cita llegaron Karla y su padre Armando. Salimos a pasear Karla, Ricardo y yo. Al regresar de ese paseo mi visión sobre los humanos había dado un vuelco. Yo era un perro amado por mucha gente pero jamás me vi reflejado en unos ojos como esos, que me miraban con tanta ternura y de inmediato supe que mis sueños se harían realidad. Armando es un hombre grande y atractivo como yo, es un buen abuelo y me acarició dándome gran tranquilidad. No pudo haber mejor ocasión para que yo emprendiera ese viaje en auto que me llevaría a mi destino. Domingo, 17 de enero, conmemorando el dia del Protector Animal y de San Antonio Abad como patrono de los animales. Me recibieron con mucho cariño, una perrita pequeña llamada Camila es mi nueva hermana. Tengo un gran jardín en donde puedo jugar a la pelota como tanto disfruto, y lo mas importante, una familia humana que siempre estará ahí para cuidarme y quererme y yo a cambio les daré lo mejor que tengo, amor incondicional y mi sonrisa que muchos pensaron que no existía pero si, es una sonrisa de gran perro feliz. Me llamo VIktor y fui nombrado así por el personaje de Tom Hanks en la película “La Terminal” Yo también estuve varado en un aeropuerto, tal vez soñando con ángeles con alas, pero las alas de metal de los aviones no eran las que yo esperaba, sino las de los humanos que me rescataron, me cuidaron y me adoptaron. Gracias a todos porque después de dos años y medio de espera, hoy tengo un hogar y jamás dejé de soñar…

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